domingo, 31 de marzo de 2019

EL COYA RAYMI

EL COYA RAYMI


El Colla Raymi se conmemora el 21 de septiembre y está dedicado a la mujer, a la fecundidad, a la Luna, a toda la feminidad, por el comienzo de la siembra. Además está relacionado con el calendario agro ecológico.





Septiembre es el mes de la mujer, es un homenaje a la feminidad que es representada por la Madre Tierra y la Madre Luna. Ellas se preparan para “algún momento dar nuevas semillas, o dar nuevos seres". Las mujeres son las protagonistas de la festividad, esta tradición se conserva en las comunidades indígenas. El papel de la mujer consiste en preparar la chicha, y en separar las semillas, por otra parte los varones se preparan para el arado.


El Coya Raymi mas conocida como “la fiesta de las diosas, de las princesas, una celebración muy vinculada a la fecundidad, a lo femenino”. También es la fase de preparación de la tierra para comenzar la siembra, porque es cuando la Pacha Mama está más fértil por la presencia de la lluvia. Este acontecimiento se realiza en los Andes, en las principales huacas o adoratorios comunes y generales de cada nación, pueblo o parcialidad. La plaza de Santo Domingo, en Quito, era una huaca poderosa de los Quitu Caras, allí había una vertiente de agua y un templo.








Estas ceremonias se hacen en las cochas o pugllos, que son alumbramientos o vertientes de agua, donde se dan rituales con baños de flores y hierbas aromáticas para purificar y mantener el equilibrio y la armonía. Esta purificación formaba parte de un ritual de expulsión del mal y de las enfermedades, tal como lo hacían los incas que expulsaban las patologías de los pueblos y las pestes de todo el Tahuantinsuyo. Su principal  bebida  era el ‘sanco’ (la mazamorra de maíz)”.


Este festejo se vincula con la luna nueva, lo que en una comparación con los ciclos femeninos es equivalente al nuevo óvulo de la mujer. El ritual consistía fundamentalmente en convocar la protección de la Killa Mama (madre luna) y realizar la limpieza ritual de toda la comunidad y sus miembros, física y espiritualmente. Los referentes espirituales de los rituales eran entonces la Quilla y Allpa Mama, representadas en sus wakas (sitios sagrados y objetos simbólicos) como: los socavones, las fuentes de agua y los símbolos femeninos. En la actualidad las huacas han sido sustituidas por iglesias y dentro de ellas por imágenes de las vírgenes católicas, de gran popularidad en nuestro país.




Dentro de nuestras prácticas ancestrales de los pueblos, el agradecer a la tierra a través de una ofrenda, regalos o pagos  era una obligación, además consistía en compartir con el Ayllu y la Pacha-Mama comiendo y enterrando en el suelo un “mediano” (comida ritual), para que la Madre Tierra sea más fecunda y produzca buenas cosechas. Algo muy importante con las oraciones y ceremonias no se las practican al momento de la siembra, más bien se las realizan en la intimidad personal y familiar como un reencuentro personal con la Madre Tierra.

 A esta ritualidad algunos la conocen como la ceremonia del Inti Watana para agradecer a la Madre tierra y pedir una prospera y buena siembra.








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